El principal obstáculo al desarme nuclear es el programa norteamericano Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE) o “guerra de las galaxias”, encauzado a militarizar el cosmos. Para la Administración estadounidense se trata de un medio universal para salvar de la guerra nuclear a la Humanidad. Nosotros pensamos todo lo contrario: la IDE constituye una amenaza desde el cosmos.
Un ICBM vuela hasta el objetivo en treinta-treinta y cinco minutos y los sistemas de aviso terrestre y cósmico fijan su lanzamiento. Ahora imaginemos una plataforma de combate ubicada en el espacio a 600-700 kilómetros de altura. Misiles cosmos-tierra, inesperadamente disparados de ella, batirán los objetivos cinco minutos después. Los partidarios de la IDE esperan que, con ayudas de esta arma, el enemigo se verá cogido por sor- presa y se logrará destruir sus medios de respuesta; al agresor nada le amenaza en este caso.
Yo participé en las conversaciones ABM como asesor de la Delegación soviética. Los norteamericanos comprendían perfectamente que incluso un sistema ABM limitado estimula la carrera de armamentos. Quiéranlo o no, cada una de las partes buscará medios para fortalecer su defensa y vencer la ajena. Para no crear estimuladores de armamentismo, en el Tratado ABM se introdujo el artículo 5, que prohíbe crear, probar y desplegar sistemas o componentes ABM de emplazamiento marítimo, aéreo, cósmico o móvil terrestre.
Hasta comienzos de los años ochenta, las dos partes interpretaban de igual manera el Tratado, tal como se firmó y ratificó en 1972. Luego, al presidente Reagan le convencieron de que, para la seguridad de los EEUU, sería mejor no observar el ,Tratado y crear un escalonado sistema ABM con elementos de emplazamiento terrestre, aéreo y cósmico, llamado a destruir los cohetes del enemigo después del lanzamiento, en la trayectoria de guiado y en el sector final del vuelo; que…