“Los intercambios culturales pueden convertir las naciones en personas,
contribuyendo como ninguna otra forma de comunicación
a la humanización de las relaciones internacionales”.
J. W. Fulbright
De los intercambios educativos desarrollados entre España y Estados Unidos, el programa Fulbright fue uno de los pioneros, en 1958. Antes de su implantación se realizaron intercambios promovidos durante los años treinta por una serie de instituciones como la Hispanic Society, el Instituto de Señoritas de Madrid, la JAE y el CEH, el Instituto de las Españas, el IIE y la Fundación Rockefeller, la American Association of Teachers of Spanish, la Fundación del Amo, etcétera. Sin embargo, como ha estudiado el historiador Lorenzo Delgado Goméz-Escalonilla, se trataba de programas más pequeños, con menos presupuesto y menos institucionalizados.
El programa Fulbright se llevó a cabo en distintos países europeos tras la Segunda Guerra mundial. La idea del entonces senador J. William Fulbright era reinvertir las remesas del dinero europeo en intercambios educativos. Esto fue de la mano en muchos casos del programa de reconversión económica, el Plan Marshall. A lo largo de su historia, este programa de becas se ha consolidado como uno de los instrumentos más relevantes de la diplomacia pública estadounidense y una referencia internacional en formación. Ha logrado, a su vez, un alto impacto en las relaciones internacionales a nivel global. De acuerdo con el último artículo publicado por la Comisión Fulbright en España: “Desde 1946 el programa ha otorgado más de 300.000 becas y cuenta entre sus becarios con 54 premios Nobel, 82 premios Pulitzer y 33 jefes de Estado o de gobierno”. Las cifras sustentan el prestigio de la institución y de sus fulbrighters, denominación que adquieren aquellos que han disfrutado de una beca.
También en España el Programa Fulbright tiene un alto prestigio, ya que entre sus becarios se…