Con la vista puesta en la guerra de Ucrania, Europa y sus socios atlánticos deben prepararse para una nueva realidad geopolítica global, reforzando sus vínculos y adecuándose a las nuevas necesidades en materia de defensa. Para conseguir algunos de los objetivos perseguidos por esa alianza occidental, es fundamental una industria de defensa dinámica, tecnológicamente puntera y que se desarrolle en el marco de la cooperación internacional.

En esta línea, la Directiva de Defensa Nacional de España de junio 2020 plantea que “nuestras Fuerzas Armadas deben mantener un nivel tecnológico avanzado que permita una capacidad operativa acorde a la evolución de las nuevas tecnologías. Para ello se necesita fomentar y proteger una industria de defensa innovadora, capaz de integrarse en proyectos y grupos empresariales multinacionales, especialmente en el ámbito europeo”.

En este contexto, conviene realizar un diagnóstico de la industria de defensa en España para determinar cuáles son sus potencialidades futuras. Todo ello como parte integrante del sector industrial español, sujeto a las estrategias europeas en materia manufacturera en general y, en particular, a la estrategia europea diseñada para el sector de la defensa.

La estrategia industrial europea

La industria es un sector clave para la generación de crecimiento económico y empleo en un país. La actividad manufacturera presenta unos mayores crecimientos en la productividad del trabajo que el resto de sectores productivos, sobre todo en comparación con el sector servicios, por lo que genera un mayor impacto sobre el crecimiento económico. Pero la industria manufacturera necesita innovaciones tecnológicas, ya que incrementa su productividad, y tiende a la mayor eficiencia económica, a través del progreso tecnológico y de los incrementos en el capital físico y, por supuesto, humano.

En las dos últimas décadas, la evolución de la industria manufacturera ha estado determinada por una crisis económica muy aguda y por…