Históricamente, la representación del deseo entre personas del mismo sexo siempre ha ido pareja a la evolución de la percepción social de ese deseo.
A finales de los años 2000, cuando los movimientos en pro de las causas de las minorías sexuales daban sus primeros pasos en las sociedades arabófonas, una asociación argelina se bautiza con el nombre “Abu Nawas”. La referencia al famoso poeta del siglo VIII Abu Nuwas no es nada banal, explica la propia asociación argelina: “Abu Nawas [sic] fue uno de los grandes poetas de su tiempo. El hecho de que fuera gay (…) no le restó talento ni saber, su idiosincrasia ha hecho de él un ser humano como tantos otros”.
La intención de la asociación está clara: extraer de la propia tradición árabe las fuentes de su activismo, aludiendo a un exponente de la literatura árabe homosexual reconocido. Se trata de un discurso bastante habitual, que hallamos tanto en los medios occidentales como en los medios liberales árabes, según el cual, el mundo árabe premoderno se caracterizó por una tolerancia excepcional de la homosexualidad, frente a la intolerancia que actualmente impera.
Ahora bien, aunque la poesía de Abu Nuwas y otros autores se caracterice por lo que podríamos denominar homoerotismo, no puede atribuírsele una identidad “gay” tal como hoy la conocemos. Y es que todo análisis histórico de la representación del deseo entre personas del mismo sexo en la literatura árabe debe tener en cuenta la evolución de la percepción social de ese deseo.
El término homosexualidad distingue entre sexualidad y género. Tiene también un componente identitario, en la medida en que el deseo y las prácticas sexuales engendran una categoría social que define a los individuos. En Historia de la sexualidad I (1976), Michel Foucault opone al homosexual “como especie” al sodomita premoderno….