La principal fuente de reservas internacionales que recibía el país africano anualmente era el turismo. En 2023 ingresó 14.000 millones de dólares de este sector, lo que supone el 14% de sus ingresos en dólares. Sin embargo, este flujo se ha secado desde que comenzaron las hostilidades en la franja de Gaza, frontera noreste del país.
Egipto contaba con estos recursos para financiar el coste de su deuda externa, adquirida para financiar algunos proyectos megalómanos, como la nueva capital administrativa de El Cairo. La subida de los tipos de interés a nivel global por la crisis inflacionista y las devaluaciones de la libra egipcia han encarecido drásticamente la factura financiera. Se estima que el coste ascenderá a 29.000 de dólares a lo largo de 2024, lo que supone nada menos que el 8% del PIB.
La situación se ha complicado tanto que Egipto está negociando con el FMI ampliar el siguiente tramo de su financiación de 3.000 millones hasta 10.000 millones. En este crédito ampliado participarían también otros organismos, como el Banco Mundial. La postura del FMI con Egipto ha cambiado drásticamente desde el inicio de la guerra en Gaza.
Hace un año, el Fondo congeló la financiación a El Cairo por el incumplimiento de los compromisos adquiridos por su presidente, Abdel-Fattah al-Sisi. Sin embargo, el deterioro de su economía por el contagio de la guerra ha llevado a cambiar sus planes. “Estamos muy cerca de un acuerdo”, aseguró recientemente la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva. “Nos preocupamos mucho por los países que están cerca del epicentro de la guerra” reconoció. Se refería a Egipto, Líbano y Jordania, quienes están sufriendo para conseguir divisas internacionales por el desplome del turismo.
Egipto ha recibido un segundo golpe como consecuencia de los ataques huzíes en la entrada…