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La gobernanza de Internet tras el fracaso de la Conferencia de Dubái

Jorge Pérez Martínez
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Las consecuencias de que la mayoría de los países desarrollados no firmen el tratado son aún impredecibles. A partir de ahora podrían desarrollarse dos modelos de gestión y gobernanza de la red. En ese caso las empresas de servicios de Internet enfrentarían circunstancias más adversas.

 

Bajo el auspicio de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) más de 1.500 delegados de todo el mundo asistieron en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) del 3 al 14 de diciembre de 2012 a la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales (WCIT, en sus siglas en inglés), con el propósito de revisar el Reglamento Internacional de las Telecomunicaciones (RTI) aprobado en la Conferencia de Melbourne de 1988 por 178 países. La cita era muy importante, pues este Tratado Internacional establece los principios generales que regulan la explotación de los servicios internacionales de telecomunicaciones. Como reza el RTI vigente en su artículo 1.3 “… el presente reglamento se establece con objeto de facilitar la interconexión y la interoperabilidad a escala mundial de los medios de telecomunicación y favorecer el desarrollo armonioso y el funcionamiento eficaz de los medios técnicos, así como la eficacia, la utilidad y la disponibilidad para el público de los servicios internacionales de telecomunicación”.

 

La necesidad de revisar este Tratado Internacional era evidente, ya que se redactó en 1988, cuando muy pocos países habían liberalizado su mercado de las telecomunicaciones, los operadores disfrutaban en sus respectivos países de un régimen de monopolio bajo el control de su gobierno y las comunicaciones móviles personales e Internet no existían. En 2012 había en el mundo alrededor de 6.000 millones de usuarios de telefonía móvil y 2.500 millones de Internet…

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