La nueva estrategia económica de la Unión Soviética se basa en la concepción de la aceleración del desarrollo social y económico. Esta estrategia revolucionaria es opuesta a la tendencia de retardación registrada en nuestro desarrollo en los años setenta y a comienzos de los ochenta. En los tres últimos quinquenios la tasa de crecimiento de la renta nacional soviética descendió casi 2,5 veces. Ésta disminuyó no sólo en términos relativos, sino también absolutamente. Si consideramos la dinámica real de la tasa de los precios resulta que la tasa de crecimiento de la renta nacional, al igual que la de otros indicadores del avance económico de la Unión Soviética, fue aún más moderada que la señalada en las estadísticas oficiales. En efecto, a finales de los años setenta y a comienzos de los ochenta, el progreso económico de nuestro país se detuvo absolutamente y nuestra economía sufrió un estancamiento sin precedentes. En los años 1979-1982 la situación fue especialmente grave, disminuyendo la producción de un 40 por 100 de los artículos industriales registrados en especie e incluidos en los datos estadísticos. La agricultura cayó en descenso (en dichos años no pudo recuperar el nivel de 1978). En aquel período, muchas menas unidades de producción se pusieron en funcionamiento, todos los indicadores de la eficiencia de la producción social bajaron la productividad del trabajo casi se estancó y el rendimiento de inversiones de capital básicas y de fondos fijas disminuyó. Cierta recuperación se logró a finales del undécimo quinquenio (19811985); sin embargo, el plan quinquenal, en total, resultó incumplido, y el país se vio en una penosa situación económica.
Dadas estas condiciones, en marzo de 1985 el Pleno del CC del PCUS eligió como secretario general a Mijaíl Gorbachov, líder joven y enérgico y personalidad de alta, cultura, educación universitaria, profesionalmente consciente…