El paradigma de la política económica ha girado lentamente desde el estallido de la burbuja inmobiliaria hasta apuntar en 2022 hacia una dirección muy diferente. La palabra clave es “intervencionismo”, un anatema convertido en cotidiano hace apenas tres lustros. El capitalismo sin límites expió sus pecados tras la quiebra de Lehman Brothers haciendo hueco al sector público en los procesos de toma de decisiones. Pero tras la pandemia y la invasión de Ucrania la planificación estatal ha adquirido un nivel superior.
El fracaso de la autorregulación del libre mercado ha abierto la puerta a la economía guiada por la estrategia política. En este contexto se explican los millonarios planes de inversión en Estados Unidos, Europa, Canadá, Australia… El sector público tiene ahora la misión de impulsar las prioridades sociales, como son la reindustrialización, la transición ecológica, el control de precios o la garantía del suministro.
El control de precios de…