En las últimas décadas ha surgido en la comunidad internacional una serie de organismos multilaterales que, dotados de importantes recursos económicos y multitud de instrumentos operativos, tienen el objetivo de promover el desarrollo económico y social y la lucha contra la pobreza. Mediante contratos de suministro, de consultoría o de asistencia técnica, las oportunidades de negocio para las empresas españolas son infinitas y, sin embargo, su participación en estos proyectos sigue siendo marginal.