POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 27

La emigración de Europa central y oriental: tendencias e intereses en juego

Desde 1946 hasta 1989, 10 millones de personas abandonaron el bloque soviético, fecha en que estaba prohibida la emigración. En estos momentos, las cifras son mayores, pero también es verdad que países como Polonia, Hungría y Checoslovaquia reciben emigrantes.
Jean-Claude Chesnais
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Para Europa, 1989 ha sido el año del renacimiento. Ha permitido  al Viejo Continente reanudar su historia, y más aún, su futuro.  Cuando en 1987, en pleno apogeo, Gorbachov abogaba por una  Casa Común, no imaginaba que dos años más tarde, las dos  Alemanias iban a formar Casa Común: agotada por una brutal hemorragia  humana, la RDA se rendía ante las condiciones de la RFA y aceptaba el  Anschluss. 

En materia de migración, esta novedad trastorna totalmente el paisaje europeo. Para el “Este” es el final del aislamiento; en Occidente se descubre la existencia de una presión migratoria de la cual nunca se había  hablado. Únicamente se evocaban las presiones procedentes del Sur. En  1989, la opinión occidental descubrió, con la caída del muro de Berlín, la  enorme diferencia en las condiciones de vida entre las dos Europas. La  RDA, la región más alfabetizada de Europa (con Escocia y Suecia) y centro del sistema comunista, había acumulado en cuatro décadas un retraso  aún inconcebible: la fuerza de la corriente migratoria entre las dos partes  de Alemania, da una idea del desequilibrio en las condiciones y estilos de  vida; en 1991, a pesar de la reducción en la diferencia de salarios, estos  movimientos persisten.  

El pasado migratorio del antiguo bloque soviético es importante, pero  desconocido. Desde 1946, una continua hemorragia afectaba a esta región del mundo. Sin embargo, no se hablaba de ello porque era un tema  tabú, políticamente, en el contexto de una competición ideológica entre  los dos sistemas, capitalista y socialista. Para los países del Este era una  confesión de su fracaso: la emigración estaba prohibida; se consideraba como una traición, un crimen contra el Estado; en la lógica soviética se  castigaba severamente la “complicidad” por emigración.  Por…

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