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La economía española en su laberinto

Antonio Gonzalez
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Antonio González es miembro de Economistas Frente a la Crisis. Fue secretario general de Empleo entre 2006 y 2008.

 

A corto plazo cabría encontrar un planteamiento que permita recuperar tasas de crecimiento relevantes. Hay que abandonar tesis como la devaluación interna, que condenan a la economía y a la sociedad española a un práctico estancamiento y a un prolongado periodo de altas tasas de paro.

 

En este trabajo intentaremos sintetizar algunas ideas en relación con las principales cuestiones que afectan a la economía española en este importante momento. Parece que en no demasiado tiempo se podrían superar las tasas negativas en el crecimiento del PIB, lo que técnicamente supone salir de la recesión. Pero eso, por necesario y significativo que sea, no ha de confundirse con la superación de la crisis. Ello, lamentablemente, es así por varios motivos. Uno, los desequilibrios que se han acumulado son de tal calibre que permanecerán durante mucho tiempo. En especial, el desempleo, el endeudamiento privado y público, y los niveles de desigualdad y pobreza. Dos, algunas cuestiones básicas continúan sin funcionar, como el crédito a empresas y familias, lo cual impide que el crecimiento se consolide y fortalezca, y eso conlleva la falta de solidez de la recuperación de la economía. Tres, las debilidades y los problemas estructurales o tradicionales de la economía española subsisten (industrial, exportadora, competitiva, de capital humano, etcétera), no han desaparecido por arte de magia durante la crisis. Cuatro, los errores del pasado amenazan de nuevo, existe el peligro de repetir las políticas que nos condujeron a un gravísimo fracaso…

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