Además de las necesarias transformaciones estructurales de la economía china ?entre las que destaca la reforma radical de las empresas estatales? tres parecen ser los desafíos inmediatos: hacer frente al aumento del ahorro privado, con sus repercusiones negativas sobre el consumo; evitar un incremento excesivo de la tasa de desempleo, lo que pondría en peligro la paz social; y revertir la tendencia hacia un crecimiento del PIB cada vez menor.