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La dependencia energética de Chile y el potencial de las renovables

Gonzalo Daniel Martner
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Gonzalo Daniel Martner es director del Centro de Políticas para el Desarrollo de la Universidad de Santiago de Chile, exembajador de Chile en España.

 

Las actuales autoridades y las que resulten electas en diciembre de 2013, tendrán la oportunidad de generar un marco regulatorio del sector energético con visión de largo plazo y con mayor capacidad de arbitraje entre costes, calidad ambiental y grado de dependencia del exterior.

 

Estimulado por el crecimiento del PIB, entre 1990 y 2010 Chile incrementó en un 72 por cien el consumo de hidrocarburos. Este aumento del uso de combustibles fósiles se ha traducido en que la matriz energética primaria en Chile esté hoy compuesta en un 75 por cien por petróleo, gas natural y carbón. Además, en 2010 importó el 79 por cien del petróleo crudo, el 68 por cien del gas natural y el 89 por cien del carbón que se consumió en el país. Por su parte, la leña representó un 18 por cien de la matriz y la hidroelectricidad solo un siete por cien, con las energías no convencionales en una posición marginal, encabezadas por la energía eólica con un 0,1 por cien del total. A nivel regional, la matriz chilena es más limpia que la mexicana o la argentina, donde las fuentes no renovables representan cerca de un 92 y un 88 por cien del total, respectivamente. Sin embargo, Chile exhibe una brecha frente a países como Brasil y Colombia, cuya matriz energética primaria está compuesta solo en un 57 y un 66 por cien por combustibles fósiles, respectivamente. En el caso de Brasil, fuentes como la hidroelectricidad y la caña de azúcar tienen un peso importante, mientras que en Colombia son relevantes la hidroelectricidad, el alcohol carburante y el biodiésel…

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