POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 18

La crisis del Golfo: lógicas políticas y lógicas energéticas

Francis Gutmann
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Una vez más, con la crisis del Golfo, petróleo y política se presentan indisolublemente ligados en el Oriente Medio. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Para empezar, esta crisis no se reduce a un problema energético.

Por otra parte, al menos hasta nueva orden, el petróleo no ha constituido jamás un medio de presión política al margen de una coyuntura económica general. Finalmente, las energías, y especialmente el petróleo, experimentan evoluciones a largo plazo que les son propias y que los acontecimientos políticos pueden amplificar o acelerar, pero que realmente no suscitan. Es de esperar que la crisis haga que los responsables económicos vuelvan a preguntarse qué medios hay de limitar los efectos erráticos de la política sobre la energía.

 

Una crisis esencialmente política

Una de las características de la crisis actual es que procede del encuentro, casi se podría decir que accidental, de lógicas diferentes, políticas en lo esencial, ya que no sigue una lógica que le sea propia. Accidental, porque Kuwait no había creído en un ataque militar de Irak, Sadam Husein tampoco creía en la reacción de los occidentales y de varios Estados árabes, los americanos no creían en una pugna que puede ser de larga duración y los iniciadores del embargo no creían que también ellos fueran a sufrir consecuencias molestas. Hay que desear que no haya en el futuro nuevos errores de apreciación de ninguna de las dos partes… Pero en todo caso se da allí el hecho de que las lógicas en presencia son en gran parte anteriores a la crisis y serán más duraderas que ésta, por encima de su desarrollo y su desenlace, todavía imprevisibles.

Para empezar, existe la lógica iraquí. Cualesquiera que pudieran haber sido las causas y las condiciones verdaderas de las hostilidades con Teherán, Bagdad se fue…

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