POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 21

La carga histórica de Japón

Fuji Kamiya
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¿Qué podrían aportar a Japón todos aquellos cambios y el consecuente nuevo orden que tuvieron lugar a partir de 1989 en toda Europa? Los cambios políticos y sociales en Europa oriental y en la URSS conmovieron al mundo, la unificación alemana se realizó a un ritmo tan rápido que nadie se lo imaginaba, y la CE, próxima al Mercado Único, se encuentra en la última fase de la integración política.

Hay japoneses que señalan el posible aumento de los intercambios económicos entre Japón y la CE, la URSS y Europa oriental como puntos positivos de esta evolución europea. Sin embargo, desde mi punto de vista, lo más grave será la reducción de las oportunidades políticas para Japón. Más concretamente, el establecimiento del nuevo orden europeo obligará a Japón a situarse en unas condiciones muy difíciles en la escena política internacional.

Occidente, en la segunda mitad de los años ochenta, estuvo cubierto del melancólico pesimismo europeo. Mis amigos europeos comentaban este tema de vez en cuando. Sin embargo, hoy en día, parece que Europa se ha recuperado completamente. Los 22 países miembros de la OTAN y del Pacto de Varsovia firmaron en París el tratado sobre reducción de armas convencionales en Europa y también fue firmada la Carta de París para una nueva Europa por los 34 países miembros de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE). Estos hechos son unos pasos importantes que materializan el nuevo orden europeo motivado por la idea de “casa común europea” de Gorbachov y la “Gran Europa” de Mitterrand.

La “Europa” de estos conceptos, no es una Europa geográfica, sino que es una “Gran Europa” que comprende desde EE.UU. hasta la URSS teniendo en el centro a Europa misma. El nuevo orden europeo en el período de posguerra fría refleja este concepto de…

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