En plena guerra de Rusia contra Ucrania, la Unión Europea publicó en marzo su tan esperada estrategia de seguridad y defensa, denominada Brújula Estratégica. El documento es el primero de este tipo para la Unión, y puede asemejarse a lo que los Estados denominan “libro blanco” de la defensa. En este sentido, la Brújula Estratégica es el documento que hay que leer si se quiere entender mejor las prioridades de la UE en materia de seguridad y defensa, y cómo pretende asegurar sus intereses y valores en el mundo. A diferencia de la Estrategia Global de la UE, que recibió una acogida relativamente pasiva por parte del Consejo de la UE en 2016, la Brújula Estratégica no solo ha sido adoptada por los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa, sino que los jefes de Estado y de gobierno han refrendado el documento. Esto es importante, ya que muestra hasta qué punto la seguridad y la defensa se han convertido en una cuestión clave para los líderes de la UE.
Sin embargo, ante la desgarradora situación de Ucrania ¿podemos suponer de forma realista que un solo documento de 46 páginas transformará la UE en un actor más creíble y decisivo en las relaciones internacionales? Está claro que ningún documento estratégico se ha convertido en una bala de plata para la acción. Sin embargo, la Brújula Estratégica es un documento híbrido que caracteriza el entorno internacional y las amenazas a las que se enfrenta la UE y detalla 72 puntos de acción específicos que la UE y sus Estados miembros deben llevar a cabo, a más tardar en 2030. Por tanto, con este documento y con la ambición política que hay tras él, merece la pena evaluar de qué modo la Brújula puede contribuir al objetivo, a menudo declarado, de la…