Los profesionales mediterráneos del sector deben asentar las bases de la colaboración y tutelar de forma conjunta los nuevos escenarios jurídicos y político-sociales.
En el último año, el mundo ha asistido expectante a las transformaciones sociales que se han producido en varios países árabes muy próximos a nosotros, con los que compartimos una cultura común, la mediterránea. Estas transformaciones, con intensidades distintas en función de la idiosincrasia de cada sociedad, constituyen simultáneamente un reclamo y una obligación para toda la comunidad jurídica del Mediterráneo.
Cada país ha experimentado los cambios en distintas dimensiones y evoluciones, y en la actualidad se hallan en diferentes estadios o fases de implantación, pero lo cierto es que nada volverá a ser igual desde aquel movimiento inicial ocurrido en Túnez a finales de 2010; después del cual el “efecto contagio” hizo el resto. Por ello, una vez superada la sorpresa inicial, procede adaptarse a esta nueva realidad y establecer puentes de conexión entre ambas riberas del Mediterráneo…