POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 119

Kosovo: las razones de una independencia

Miguel Ángel Vecino
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Ocho años de gobierno internacional y la imposibilidad de que Kosovo vuelva a formar parte de Serbia hacen de la independencia del territorio un hecho consumado. El riesgo ahora es evitar movimientos secesionistas en los Balcanes occidentales, desde Montenegro a Hungría.

Para comprender lo ocurrido en Kosovo hay que comprender lo ocurrido en Serbia, porque el problema de Kosovo es una vertiente, quizá la más llamativa, del irredentismo ideológico serbio resurgido tras la muerte de Josip Broz, Tito, y llevado al paroxismo por los ultracomunistas convertidos en ultranacionalistas. El irredentismo ideológico podría definirse como la imposición agresiva de los valores serbios y su papel dirigente sobre los pueblos que formaron la antigua Yugoslavia. Mencionaré de pasada, el racismo de parte de los serbios que desprecia, por ejemplo, a los pueblos mediterráneos, españoles, italianos y griegos, a los que considera simplemente gitanos. Ese irredentismo se sustenta (como toda la sociedad serbia) en dos pilares que han transformado el sistema originario de valores de este pueblo eslavo: la Iglesia Ortodoxa y la ocupación otomana, dando lugar a una sociedad opuesta a la original.

La confluencia de esas dos corrientes ha configurado la ideología serbia, manteniendo unas estructuras sociales y mentales mucho más arcaicas que en otros países del bloque comunista. Así, mientras la Iglesia Ortodoxa se erigía (como en los otros pueblos balcánicos bajo dominio turco) en depositaria del espíritu nacional, la influencia oriental borraba de la sociedad la idea de democracia, sometiendo al Estado al dominio de una clase política para explotarlo en beneficio de la clientela o partido dominante, lo cual es hoy el principal y más grave problema de Serbia para construir un Estado moderno. El desmoronamiento del comunismo transformó a los antiguos jerarcas en dirigentes de los nuevos partidos y, al mismo tiempo, líderes o principales colaboradores de…

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