Durante el mes de agosto la política italiana ha vivido un giro inesperado. Matteo Salvini ha abierto una crisis de gobierno con el objetivo de ir a nuevas elecciones y así convertirse en presidente del Consejo de ministros. Sin embargo, el tiro le ha salido por la culata y se ha cerrado un acuerdo entre el Movimiento Cinco Estrellas (M5E) y el Partido Democrático (PD) con la formación de un nuevo ejecutivo liderado por Giuseppe Conte, el mismo primer ministro de los últimos quince meses. Se ha puesto fin, así, a la primera experiencia de un gobierno nacional-populista en el país transalpino, abriendo las puertas a una posible nueva fase política, aún cargadas de incógnitas. El primer gobierno Conte, formado por la Liga y el M5E, en el cual Salvini era vicepresidente y ministro del Interior, había tomado posesión a principios de junio de 2018. En este artículo, redactado antes de la crisis de agosto, se reconstruye su trayectoria, las medidas que se han aprobado y la relación con las instituciones europeas.
Las elecciones generales de marzo de 2018 revolucionaron el panorama político italiano. Por un lado, el Movimiento 5 Estrellas (M5S) se convirtió en el partido más votado (32,7%), superando al Partido Democrático (PD, 18,7%), que había gobernado en la anterior legislatura. Por el otro, la Liga (17,3%) superó a la declinante Forza Italia berlusconiana (14%) y se erigió en la fuerza hegemónica de la derecha. Tras unas intensas negociaciones, el M5S y la Liga firmaron un “contrato de gobierno”. En junio tomó posesión el primer ejecutivo nacional-populista de Europa occidental, alabado, entre otros, por el exconsejero de Donald Trump, Steve Bannon.
A cargo del que se llamó “gobierno del cambio” se puso a una persona sin experiencia política, el abogado Giuseppe Conte, que debía lidiar entre el líder…