POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 141

Italia ante el espejo de la indiferencia política

José Enrique de Ayala
 | 

La situación judicial de Berlusconi y sus maniobras para eludir la justicia han sumido a Italia en un marasmo político, paralizando la acción del gobierno en el interior y en el exterior.

 

Si hubiera que elegir un solo país para representar a Europa, un candidato muy cualificado sería, sin duda, Italia. Cuna –junto con Grecia– de la civilización europea, origen de buena parte de las instituciones y del Derecho que aún rigen en el continente, raíz de las lenguas romances, principio de la cultura, el pensamiento y el arte europeos. Italia representa mejor que ningún otro país lo que es Europa ahora, incluidas las diferencias norte-sur, los sentimientos centrífugos y centrípetos, o el creciente desapego de los ciudadanos hacia los asuntos públicos. Y su historia, desde el imperio romano, es casi un modelo a escala de la europea: apogeo, expansión, debilidad, derrumbe, disgregación, luchas internas, dependencia, reunificación, resurgimiento, dudas.

 

El 17 de marzo Italia celebró el 150 aniversario de su fundación como Estado unificado, más desunida que nunca. El tercer partido de la Cámara de Diputados, y parte del gobierno, la Liga Norte (LN), se negó a participar en las celebraciones y mandó una representación mínima al acto institucional en el Parlamento. El primer ministro, Silvio Berlusconi, abandonó el oficio religioso oficial por una puerta lateral para evitar el abucheo e insultos de los manifestantes, indignados por sus escándalos sexuales…

PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO