La política israelí, el alcance de los asentamientos, las divisiones de los palestinos y las declaraciones de Trump, hacen pensar en el fin de la solución de dos Estados.
En los últimos años, las guerras en Siria, Irak, Yemen y Libia y los dos frustrados intentos de la administración Obama de lograr un acuerdo, han llevado a Washington y la mayor parte de los gobiernos europeos a considerar la cuestión palestina “una causa perdida”. La derechización de la coalición de gobierno en Israel, el incremento de la política de asentamientos, la debilidad de la Autoridad Palestina, la división entre Al Fatah y Hamás, y la creciente violencia individual por parte de palestinos y de colonos israelíes, indican la gravedad de la situación. A todo ello se añaden las primeras señales del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que podrían enterrar definitivamente la “solución de dos Estados”.
La abstención de Estados Unidos durante la votación el 23 de diciembre de 2016 en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas permitió que se aprobase la Resolución 2334 (2016) calificando la política israelí de asentamientos (colonización) en los territorios ocupados de Palestina de “flagrante violación del Derecho Internacional”, subrayando su falta “de validez legal”. Tradicionalmente Estados Unidos bloqueaba todo intento de condena de Israel en el Consejo de Seguridad. Esta vez fue diferente.
La administración Obama vetó en 2011 una resolución que condenaba los asentamientos, y votó en contra del reconocimiento del Estado palestino en 2012 cuando la Asamblea General aprobó que el Estado Palestino tuviese estatus de Estado observador no miembro. En esas ocasiones, la explicación de la Casa Blanca fue que debía darse una oportunidad a las negociaciones y que las declaraciones unilaterales eran contraproducentes.
La propuesta de Kerry
La abstención de Estados Unidos ante la Resolución 2334 es tardía…