Estados Unidos y Canadá comparten la frontera desmilitarizada más larga del mundo (8.900 kilómetros) y el segundo mayor intercambio comercial bilateral, después del de EEUU con China: 670.000 millones de dólares en 2017. Según el departamento de Comercio, EEUU tuvo un superávit con Canadá de 8.400 millones de dólares, sin contar con los servicios.
Durante los últimos 20 años Canadá ha sido el principal destino de las exportaciones de la de EEUU: 18% del total. El carácter abierto de la frontera ayuda mucho. Según el Banco Mundial, la tarifa media que aplica Canadá a sus importaciones es del 3,1%, frente al 2,4% que aplica EEUU. A pesar de ello, en la cumbre del G-7 en Quebec Donald Trump tildó al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, de “deshonesto e hipócrita” por advertir de que Canadá aplicará la “ley del talión” en una eventual escalada de la guerra comercial con EEUU: arancel por arancel y dólar por dólar.
El gobierno canadiense ya ha aprobado tarifas punitivas a importaciones estadounidenses –incluido el whisky– por valor de 12.800 millones de dólares que han sido apoyadas unánimemente por el Parlamento de Ottawa.
En Quebec, Trudeau dijo que era “insultante y absurdo” que Washington esgrimiera la seguridad nacional para justificar la imposición de un arancel del 25% al acero y el aluminio, como si Canadá representara una amenaza cuando ha luchado lado a lado con EEUU en muchas de sus guerras.
Aún así, contando con las últimas tarifas al acero, al aluminio, las lavadoras y los paneles solares, unos 12.000 millones de dólares en exportaciones canadienses han sido gravados por los aranceles de Trump, frente a los 8.000 millones de la UE y los 3.500 millones de China.
Trump ha justificado su decisión por la protección que da Canadá a su industria láctea, blindada por…