La compra por Verizon, la mayor compañía de telecomunicaciones de EEUU, de las actividades en Internet de Yahoo ha extendido un simbólico certificado de defunción a la primera era de la red. La compañía, fundada en 1994 por dos estudiantes de Stanford, Jerry Yang y David Filo, fue pionera y se convirtió en el portal más frecuentado para navegar. Pero la aparición de Google, con un motor de búsqueda mucho más sofisticado, provocó su rápida obsolescencia.
Para recuperarse del golpe, Yahoo trató de posicionarse en otras áreas de Internet. Su primera decisión, en 2001, fue convertirse en un portal de contenidos, para lo que adquirió webs especializadas en política, comida, tecnología, moda o deportes. Luego incursionó en las redes sociales y en el archivo e intercambio de fotografías, pero sin mellar nunca el abrumador dominio de Facebook e Instagram en esos ultracompetitivos sectores.
Si Yahoo conserva unos 600 millones de usuarios mensuales se debe básicamente a su correo, Yahoo mail, y a su web Yahoo Finance. Los expertos coinciden en que su gran problema es haber tratado de serlo todo para todos. Al final, al buscar estar en tan diversos segmentos, terminó por no ser líder en ninguno. Esa falta de foco se tradujo en una estrategia errática. La compañía ha cambiado varias veces de CEO y a lo largo de los años ha fichado y despedido a centenares de ejecutivos. Pero ninguno logró hacer de Yahoo algo similar a Google, Facebook, WhatsApp o Amazon.
Tampoco Marissa Mayer, la última CEO y exvicepresidenta de Google, dio con la solución. Mayer compró decenas de startups, entre ellas la red de blogs Tumblr, pero no logró relanzar la compañía, que facturó en 2015 la misma cifra que en 2012, unos 4.970 millones de dólares. Y sus beneficios han provenido en…