La reciente decisión del FMI de incluir a partir de octubre de 2016 el yuan como la quinta moneda que integra los Special Drawing Rights –SDR o Derechos Especiales de Giro, la “moneda sintética” del FMI– allana el camino de la divisa de China para convertirse en moneda de reserva mundial. El yuan tendrá un peso del 10,9% en la cesta de monedas fuertes del FMI. Y mientras que el dólar mantiene su 41,7%, el euro tendrá que bajar su cuota al 30,9%.
Aunque los SDR se usan solo como unidad de cuenta en las transacciones de los países miembros del FMI, la medida propiciará una mayor aceptación del yuan por las empresas, sobre todo en el área Asia-Pacífico, al coincidir con la creación de un grupo de trabajo liderado por Michael Bloomberg para diseñar un sistema que permita el trading del yuan en Estados Unidos.
China es ya el mayor exportador del mundo y su segunda economía. Sin embargo, el yuan solo es utilizado en el 3% del comercio internacional y en menor proporción aún como moneda de reserva de los bancos centrales.
El diario chino Global Times saludó la decisión del FMI como “una ceremonia de coronación” para China. Por su parte, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, calificó el hecho como un hito en la integración de China en el sistema financiero internacional. Con todo, es improbable que los bancos centrales empiecen a utilizar el yuan como moneda de reserva o que las empresas exportadoras lo acepten como pago, debido a que la hegemonía del dólar es aún abrumadora, incluso frente al euro o el yen.
Si bien China ha hecho grandes avances para convertirse en una economía liberalizada, abierta y fiable, lo cierto es que todavía no lo es. Su economía sigue manteniendo zonas de…