Los recortes al Estado del bienestar de la coalición de centroderecha que ha gobernado Suecia durante los últimos ocho años, han tenido al final un elevado precio político, al dar la victoria a los partidos de izquierda en las recientes elecciones legislativas.
Pero aunque el partido del primer ministro Fredrik Reinfeldt perdió los comicios, ello no significa que los ganara el Partido Socialdemócrata (PS), que obtuvo una votación similar a la de 2010, la más baja de su historia (30%).
En cambio, el ultraderechista Demócratas duplicó sus votos, hasta el 13%, convirtiéndose con sus 47 escaños en la tercera fuerza política del país. Los conservadores perdieron un 25% de apoyo. Sus otros tres socios tuvieron resultados igualmente malos: el Centrista obtuvo el 6,2%, mientras que los liberales cayeron al 5,4% y los democristianos al 4,6%. Pero también bajaron los aliados naturales del ps: Los Verdes cayeron al cuarto puesto con el 6,8% y el Partido de la Izquierda (excomunista) apenas rozó el 5,7%.
El candidato del PS, Stefan Löfven, se encargará de formar gobierno, pero no lo tendrá nada fácil con apenas 158 escaños sobre 349. Exsindicalista sin experiencia ejecutiva o parlamentaria, Löfven prometió en su campaña mayores inversiones en infraestructuras, educación y sanidad y un aumento de los impuestos de sociedades y a las grandes fortunas. Con ello, capitalizó el malestar de los suecos con los recortes y el aumento del desempleo entre los jóvenes, que supera el 20%, frente al 8% de la media nacional.
En los últimos ocho años, Suecia ha acumulado un crecimiento del 12,6%, muy por encima de la media europea e incluso de la de Estados Unidos. Los ingresos disponibles brutos de las familias han aumentado un 20% y las cuentas del Estado están a punto de registrar un superávit. La deuda…