La multa de 8.900 millones de dólares impuesta por las autoridades judiciales de Estados Unidos al banco francés BNP Paribas por haberse saltado las sanciones de Washington a Sudán, Irán y Cuba, ha demostrado el enorme poder que da a la superpotencia la supremacía del dólar en el sistema financiero internacional para castigar a regímenes criminales o díscolos.
Como subraya The New York Times,un banco en París o Yakarta simplemente no puede servir a sus clientes si no es capaz de conectarlos al mercado global en dólares. Si una inversión u operación comercial o financiera utiliza dólares, eventualmente implicarán a un banco de EE UU, lo que permite a sus autoridades ejercer su jurisdicción.
En el acuerdo firmado con el departamento de Justicia y el regulador bancario de Nueva York, BNP reconoce que falsificó registros para ocultar transacciones en dólares por valor de 30.000 millones de dólares a favor de países sancionados por causas de terrorismo y genocidio entre 2004 y 2012. Esas transacciones beneficiaron sobre todo a Sudán, un país para el que BNP Paribas actuó como si fuera su banco central, permitiéndole eludir las sanciones estadounidenses y realizar transferencias de dinero con las que financió la cuarta parte de sus exportaciones y la quinta de sus importaciones.
La entidad realizó acciones similares para Cuba e Irán, aunque por cantidades muy inferiores. Las autoridades judiciales de EE UU calificaron esas prácticas como “una conspiración multijurisdiccional a largo plazo” para incumplir las sanciones. Las autoridades europeas han preferido no manifestarse claramente en apoyo del banco, el primero de Francia y segundo de la zona euro, pese a que el presidente francés, François Hollande, intentó convencer a Barack Obama de que la multa era desproporcionada.
La banca europea se siente injustamente tratada por EE UU y escasamente defendida por las…