Aunque no habla en público desde el 8 de mayo de 2012 por sus largas estancias en el hospital militar Val de Grace de París, el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika confirmó el 22 de febrero a través de su primer ministro, Abdelmalek Sellal, que se presentará a las elecciones de 17 de abril para optar a un cuarto mandato de cinco años.
Desde abril de 2013, Buteflika solo ha presidido dos consejos de ministros, pero tras lograr el 85% de los votos en las elecciones de 2004 y el 90% en las de 2009, Buteflika sigue siendo el líder indiscutido del oficialista Frente de Liberación Nacional (FLN). No es casual: es la única figura que suscita cierto consenso entre las diversas facciones del partido.
El FLN aún conserva parte del prestigio que le dio su liderazgo durante la guerra de la independencia, y que Buteflika heredó por haber sido ministro de Exteriores entre 1963 y 1979. Sin embargo, las últimas elecciones han estado manchadas por las sospechas de fraude más o menos extendido. La participación en las elecciones de 2009 probablemente estuvo por debajo del 35%, frente al 75% que arrojaron los datos oficiales.
Las próximas elecciones supondrán una dura prueba para el régimen, dado que el presidente-candidato estará ausente en la campaña. Varios políticos opositores que ya habían presentado sus candidaturas las han retirado en protesta por la decisión Buteflika, anunciando que boicotearán los comicios. No sería la primera vez. Después de que se reanudaron las elecciones, interrumpidas en enero de 1992 por el golpe militar que abortó la llegada al poder del Frente Islámico de Salvación, ninguna ha sido legitimada por una amplia participación de las fuerzas políticas argelinas.
Pero si la oposición sigue fragmentada, el boicoteo reforzará el poder del régimen. Por de pronto, la…