La ajustada ventaja obtenida por Barack Obama sobre Mitt Romney en el voto popular (50%-48%), aunque amplia en el colegio electoral (303 votos frente a 206), en las elecciones del 6 de noviembre han confirmado una vieja tradición: desde 1820, la gran mayoría de las elecciones presidenciales se han decidido por un margen escaso. Solo cuatro presidentes ganaron elecciones (en 1920, 1936, 1964 y 1972) por algo más del 60%; 13 elecciones terminaron con el ganador rondando el 55%; 18 con menos del 50% y las 16 restantes superando apenas la mitad de los votos.
A pesar de haber presidido la recuperación económica más débil desde los años treinta, en los últimos meses por fin aparecieron las señales que mostraban que la administración demócrata había logrado reencauzar la economía. Según el último World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional, en los próximos cuatro años el crecimiento de Estados Unidos será el más alto de los países desarrollados: un 3% de media, frente al 1,2% de Alemania y Francia y el 2,3% de Canadá. El desempleo, que alcanzó su tasa más alta en octubre de 2009, con el 9%, cayó al 7,8% el pasado septiembre. En 2011 se crearon más puestos de trabajo que en 2010 y la marca de este año superará la de 2011.
Por su parte, los mercados bursátiles están en su mejor momento desde 2007. La reactivación no ocurrió por generación espontánea. Además de proveer liquidez, la Reserva Federal y el departamento del Tesoro rescataron el sistema financiero y lo forzaron a reformarse. Según un reciente informe de McKinsey, la deuda del sector financiero en relación al PIB ha vuelto a los niveles de 2000, antes de la gestación de las burbujas crediticia e inmobiliaria. Los hogares han podido reducir sus deudas en relación a sus ingresos…