El dragón asiático, una de las economías más sólidas y resilientes del mundo, podría sufrir este trimestre su primera contracción desde la revolución de Mao Zedong. El PIB del país pasará de crecer a un ritmo del 6% anual a entrar en terreno negativo como consecuencia del brote de Covid-19, por lo que los líderes políticos de Europa hacen sus cálculos y estiman cuál será el impacto para una región que crecía poco más de un 1% al año.
Italia estaría entrando ya en recesión. Técnicamente se considera así cuando el PIB se contrae dos trimestres consecutivos. El país transalpino lo hizo en el último trimestre de 2019 debido a la incertidumbre política y la crisis permanente de su economía. Es por ello que una nueva contracción entre enero y marzo arrastrará la economía italiana a la recesión. Las medidas adoptadas por el gobierno de Giuseppe Conte se aproximan a las adoptadas por China, de modo que el hundimiento de su economía es inminente. Los centros de producción italianos están cerrados y el comercio se ha frenado en seco. Solo permanecen abiertos supermercados y farmacias.
Italia atraviesa una doble crisis: de oferta y de demanda, que amenaza con provocar un colapso. La situación es especialmente grave dada la debilidad de su economía. Por una parte, la deuda pública supera el 130% del PIB, por lo que ya no tiene margen fiscal para establecer nuevos estímulos. Pero, además, todavía no ha realizado la recapitalización que necesita la banca, de modo que la circulación de crédito podría paralizarse. Y, por último, la industria italiana lleva décadas perdiendo competitividad y es incapaz de adaptarse a los cambios tecnológicos.
Recesión a la vista en la zona euro
Italia es la economía del euro más vulnerable y la que ha sufrido mayor…