Ante las dificultades de la UE y la OCDE para fijar un convenio multilateral sobre la tributación de gigantes tecnológicos como Google, Amazon, Facebook o Apple, Francia ha decidido no esperar más y aplicar su propia tasa del 3%, que ha prometido retirar en cuanto se alcance un acuerdo internacional para impedir la evasión fiscal masiva en los negocios digitales.
Desde el 1 de enero de 2020 también Reino Unido impondrá una tasa del 2% a los ingresos de plataformas digitales, redes sociales, motores de búsqueda y tiendas online que provean servicios a consumidores británicos.
Con ello, París y Londres rompen con el modelo tributario vigente para privilegiar el lugar donde las empresas digitales realizan las ventas y no donde operan o tienen sus activos. En 2018, según los reguladores británicos, Google pagó 66 millones de libras en impuestos sobre ingresos de 1.400 millones. En 2017, Facebook tributó 17 millones por ingresos de 1.300 millones; y Amazon 1,7 millones en impuestos de sociedades por beneficios de 72,3 millones de libras.
Según la Comisión Europea, el corporate tax de las compañías de servicios digitales ronda el 9,5%, frente al 23,2% de los negocios tradicionales. Bruselas estima además que los ingresos de las digitales han crecido cuatro veces más que los de otras multinacionales, en su mayoría por la venta de avisos publicitarios a consumidores europeos.
El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, ha calificado ese orden de “injusto e ineficaz”. Ante la resistencia de Suecia, Finlandia, Irlanda y Luxemburgo para nivelar el terreno de juego en la UE, la Asamblea Nacional francesa aprobó el 11 de julio la llamada tasa Google, que ahora deberá ser ratificada por el Senado, lo que se da por descontado.
París impondrá esa tasa a empresas con una facturación global superior a los 750…