La generación de electricidad a partir del viento ha logrado tal ventaja sobre otras formas de energía renovable que ya copa el 70% de la nueva potencia instalada en todo el mundo y se espera que duplique su volumen en los próximos 10 años. Lo irónico del caso es que hasta hace poco los analistas del sector daban escasas posibilidades a la energía eólica frente al gas o los paneles fotovoltaicos. Pero al ritmo con que se instalan los nuevos parques, cada vez más grandes, el proceso se hace imparable.
En 2017 entraron en funcionamiento 52.492 megavatios (Mw), el 46% en China. Los parques de aerogeneradores en tierra y mar suman ya 539.000 Mw en todo el mundo, es decir, la potencia instalada de cinco países como España. Con casi 190.000 Mw de potencia (35% del total), China es el líder del sector. Estados Unidos figura en segundo lugar, con 89.000 Mw, seguido de Alemania e India. España, con 23.170 Mw, ocupa un nada desdeñable quinto puesto (18,2%), por delante de Francia. El año pasado el viento suministró el 11,6% de la electricidad que consumió la Unión Europea.
En 2007, la tecnología eólica se encontraba aún en fase embrionaria, lo que encarecía sus costes, pero los avances tecnológicos han permitido rebajar los precios al nivel del gas y, en algunos casos, por debajo. Esa reducción de costes ha sido notable en la eólica offshore (marina), que permite aerogeneradores más grandes que los de tierra.
Desde 2015, gobiernos de todo el mundo han comenzado a aprobar subastas de parques eólicos por las que ya no tienen que pagar primas. En los mercados eléctricos de Marruecos, India, México y Canadá los costes de la energía eólica giran en torno a los tres centavos de dólar el kilovatio-hora generado. En Europa, donde más…