El regreso de Marruecos a la Unión Africana (UA) en su reciente 28 cumbre de Addis Abeba (Etiopía), 33 años después de abandonar su predecesora, la Organización para la Unidad Africana (OUA), va a tener un impacto considerable en la organización. El país magrebí es la sexta economía del continente, lo que le convertirá en un contribuyente neto de las arcas de la UA, sostenida durante años por Muamar el Gadafi.
La UA quiere depender menos de los donantes de fuera de la región, que aportan hoy el 70% de su presupuesto. Por su parte, el gobierno de Rabat, que desde hace tiempo busca diversificar sus relaciones económicas y comerciales, advirtió que esto sería muy difícil sin ser miembro de la UA. La readmisión, solicitada por el rey Mohamed VI en julio, fue aprobada por el voto de 39 de los 54 países miembros, una vez que se acordó dejar la cuestión del Sahara occidental para más adelante y resolver el conflicto con Marruecos ya como miembro. La admisión en 1984 en la OUA de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) provocó la salida marroquí.
Marruecos, que mantiene buenas relaciones tanto con Estados Unidos como con la Unión Europea, permite a esta afianzar sus puentes con Occidente en tiempos inciertos. Las 46 visitas del rey a 25 países de la región desde su ascenso al trono en 1999, se han visto así recompensadas con una “bienvenida por la puerta grande al seno de la familia africana”, como la calificó el presidente senegalés, Macky Sall. Los países anfitriones del monarca han firmado acuerdos de todo tipo con el que es hoy el segundo mayor inversor del continente.
En 2016, 28 miembros de la UA pidieron la expulsión de la RASD. Argelia y Suráfrica, por su parte, se opusieron a…