Cada vez aparecen más variantes relativas al sector exterior, como son la pertenencia a diversos organismos multilaterales de carácter comercial y el aumento de los flujos de inversión en el exterior. En estas dos dimensiones los poderes públicos deben asumir nuevas actuaciones tendentes a crear un clima favorable. Para el autor dichos poderes han de estar ligados a los intereses y actividades de las empresas españolas como instancia reguladora y prestadora de servicios.