El elevado grado de bancarización, la disparidad en el nivel de competitividad y de eficiencia, así como factores de naturaleza cultural y socioeconómica dificultan la integración del mercado bancario europeo. La entrada de 10 nuevos miembros en la UE, si bien aumentará la heterogeneidad y dispersión, puede abrir nuevas posibilidades para la banca de los países más avanzados.