India está de moda. Consolidada como potencia emergente, solo en el último año ha cosechado varios éxitos: presidió con éxito el G-20, fue el primer país en alunizar en el polo sur de la Luna, demostrando su poderío tecnocientífico y ha superado a Reino Unido, antigua potencia colonial, como quinta economía mundial.
A nivel geopolítico, a India se la ve como el contrapeso natural a China en Asia y siendo una democracia liberal, como un aliado natural de Occidente y su defensa de un orden internacional basado en normas. Por todo ello, Estados Unidos y Europa llevan tiempo cortejando a India. Sin embargo, su posición de neutralidad en el conflicto ucraniano y la continua estrecha relación con Rusia han desatado las críticas hacia Nueva Delhi. Como ya ocurrió durante la Guerra Fría, dentro de la creciente polarización entre superpotencias, la neutralidad india no se entiende. En este artículo buscamos dar algunas claves que ayuden a comprender la posición india y su potencialmente positiva contribución a preservar el orden internacional liberal. Para ello, primero presentamos los fundamentos normativos de su política exterior. Segundo, identificaremos cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el país.. Y, por último, veremos como ambos conjugan para alumbrar la siempre original e independiente política exterior de Nueva Delhi.
Fundamentos normativos
La base doctrinal de la política exterior de India no se puede comprender sin tener en cuenta la experiencia colonial del país y cómo esta permea su visión de las relaciones internacionales y su priorización de la preservación de su soberanía, entendida esta de manera amplia y multifocal –territorial, política, económica y militar– a través del principio de autonomía estratégica.
«La preservación de la autonomía estratégica es el pilar fundamental e innegociable de la política exterior india»
La preservación de…