Investigación, desarrollo (o tecnología) e innovación (I+D+i) son señales que marcan el camino hacia el crecimiento económico? Como quiera que la duda anida en el espíritu crítico de la ciencia, el técnico ingeniero de nuestros días se pregunta por su éxito, si efectivamente existe una relación entre I+D+ i y crecimiento económico. Los economistas habían recorrido un largo camino antes de emitir su veredicto. En el alba del pensamiento económico, Ricardo y Marx marcaron la relación entre crecimiento del producto y la utilización de los tres factores de la producción: tierra, trabajo y capital. Su conclusión final, sin embargo, era desalentadora: el desarrollo no sería continuo sino que vendría marcado por una caída de los beneficios. Una segunda generación de grandes economistas, los marginalistas, encargados de administrar intelectualmente la Revolución Industrial, confirmaron la predicción lúgubre. La sencilla parábola del predio y los trabajadores contratados para labrarlo demostraba que el rendimiento del segundo trabajador era inferior al del primero y a partir de un número determinado, el rendimiento marginal del último trabajador era negativo, estorbaba.

La ley de los rendimientos decrecientes está en la base del pesimismo de la ciencia económica. La relación entre producto y empleo de factores no es lineal. Sin embargo, las estadísticas sobre evolución de la producción no confirmaban la presencia continuada de una pérdida de productividad de los factores. El fallo debía estar en alguna parte. En la segunda mitad del pasado siglo los economistas sintonizaron sus instrumentos de análisis para descubrir que, en efecto, el comportamiento ascendente de la oferta no se ajustaba al grado de utilización de los tres factores. Con igual cantidad de trabajo y capital la producción aumentaba y con un mayor empleo de estos tres factores ocurría lo mismo. Un cuarto factor estaba modificando la ley enunciada por Ricardo y Marx…