La pandemia del Covid-19 dejó más claro que nunca que el futuro de los países de América Latina y el Caribe depende de su capacidad para digitalizar sus economías. Sin embargo, mientras China y Rusia bruñían su reputación en la región mediante la diplomacia de las vacunas, la Unión Europea seguía perdiendo terreno frente a ellos.
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La UE debe revitalizar su relación con América Latina y el Caribe. Para ello necesita hacer hincapié en sus valores compartidos, así como en la creciente importancia de la posición estratégica, los mercados y los recursos naturales de la región. Una alianza digital entre la UE y América Latina y el Caribe podría tener importantes implicaciones para la región.
La Unión ya tiene previsto destinar 3.400 millones de euros a América Latina y el Caribe en el marco del programa Global Gateway. Y el Fondo Europeo para el Desarrollo Sostenible Plus pretende movilizar inversiones por valor de hasta 135.000 millones de euros, utilizando una combinación de garantías de crédito a la exportación y financiación privada. Sin embargo, la UE solo podrá desarrollar estos planes si comprende los intereses de la región en materia de tecnología digital, el papel de sus rivales geopolíticos y lo que puede ofrecer a sus socios.
En primer lugar, los gobiernos de América Latina y el Caribe se enfrentan a desafíos de conectividad en dos áreas principales: las brechas regionales y sociales, y el despliegue de las redes 5G. Aunque la pandemia aceleró la digitalización en la región, también amplió la brecha social al aumentar la pobreza y reducir el acceso a la educación. La brecha digital en América Latina es la mayor de todas las regiones del mundo. Si quieren alcanzar los estándares de los países de altos ingresos, los Estados latinoamericanos y caribeños tendrán que aumentar su…