Historia ilustrada de la guerra civil española

El sosiego y la riqueza de la buena prosa a la hora de contar las historias que dan forma a la Historia se pierde, dejando al lector a merced del mar de imágenes. Pero lo que se pierde en fluidez y matices se gana en dramatismo, en rotundidad. No es lo mismo leer sobre el primer día de la batalla del Somme en El rostro de la batalla, de John Keegan, que pasear la vista sobre el desplegable de 24 páginas de Joe Sacco, titulado La Gran Guerra, sobre ese mismo día, sobre esa misma batalla. Cada uno con sus armas, ambos trabajos hechizan, arrojándonos a los pies de la historia. Pero no son lo mismo.

El ensayo gráfico de José Pablo García busca tender puentes entre ambos caminos. La guerra civil española es una mezcla, un híbrido ambicioso. El ilustrador y dibujante se ha encargado de disminuir el volumen de la obra magna del hispanista británico Paul Preston, adensándola, pero sin dejarse nada importante en el tintero. García nos cuenta de cabo a rabo los antecedentes, el desarrollo y las consecuencias de uno de los conflictos más delicados del siglo XX. Hasta el cuarto capítulo, página 80, no se desata el conflicto. “El dos y el tres son rencillas entre señores de chaqueta”, afirma García. No estamos, por tanto, ante una obra destinada a un público juvenil. Las 400 páginas de la obra de Preston no lo están. Las casi 250 de la obra de García, por consiguiente, tampoco.

La guerra civil española necesita pocas presentaciones. Pero a raíz de la proliferación de productos que buscan ampliar el círculo de interesados en la materia, apoyándose en lo audiovisual, parece que el episodio histórico tiene margen de popularidad. Lo hemos visto con la serie documental España dividida. La Guerra Civil en color, estrenada por el canal DMAX en otoño de 2016. La serie contó con el asesoramiento de otro ilustre historiador británico, Anthony Beevor, autor a su vez de una monumental La guerra civil española, más centrada en el aspecto militar de la contienda. La obra de García-Preston, por buscar diferencias, hace un mayor hincapié en la geopolítica en torno al conflicto.

“Una de las cosas más fascinantes de la Guerra Civil es que es de las pocas guerras en la que los que perdieron contaron la historia –afirma Beevor–, en parte gracias a la versión escrita por los extranjeros y los corresponsales que estuvieron allí”.

Pese a ser un conflicto largamente investigado, todavía existen zonas de sombra. Una de ellas es el número exacto de muertos. Beevor discrepa de Preston cuando habla del “holocausto español”. “No sabemos cuántos murieron del lado republicano”, explica Beevor. De ahí la pertinencia de obras como la de García-Preston, que buscan, además de ampliar el número de interesados en la guerra civil con productos rigurosos, ponerle rostro a esas zonas de sombra.