POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 123

¿Hay sitio para Palestina?

José Abu-Tarbush
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Si no se logra un acuerdo sobre la base de dos Estados, Israel corre el riesgo de desaparecer en los términos en los que se conoce actualmente”. Así de contundente se expresaba el primer ministro israelí, Ehud Olmert, al finalizar la conferencia de Annapolis en noviembre de 2007. En esas mismas declaraciones al periódico israelí Haaretz, Olmert adelantaba que “si ese día llega”, Israel se enfrentará a una lucha similar a la experimentada en la Suráfrica del apartheid, en la que se exigirán los mismos derechos de votos para todos sus habitantes, incluidos los palestinos de los territorios ocupados.

Para algunos intelectuales y activistas ese día ha llegado, dado el repetido fracaso para alcanzar un acuerdo en torno a la solución de los dos Estados, y la imposibilidad material de su vertebración ante la continua fragmentación del territorio palestino derivada de la sistemática expansión de las colonias israelíes. Por tanto, no se puede seguir ignorando ni despreciando por más tiempo otras opciones. De ahí el interés de la propuesta de Virginia Tilley sobre “un solo Estado”. La oportunidad de su tesis, bien fundamentada y alejada de idealismos, resulta comprensible ante la inviabilidad de otras alternativas, aunque se hace difícil de imaginar y aún más incierta de implementar. Se trata de una propuesta controvertida, además de enriquecedora del debate e innovadora en la búsqueda de nuevas sendas para una resolución definitiva, digna y justa del conflicto.

Una cosa parece ser cierta, y es que no pasará inadvertida. De ahí que el libro, junto a un creciente número de títulos que apuntan en la misma dirección, cumpla su principal propósito: la de introducir en el debate la “solución de un solo Estado”, ya sea binacional o multiétnico pero, al fin y al cabo, el de todos sus ciudadanos, judíos y…

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