“La inestabilidad del mundo en desarrollo durante la última década ha coincidido con otras dos importantes tendencias en los asuntos mundiales:
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La creciente dependencia del mundo desarrollado respecto del mundo en desarrollo, en razón de sus fuentes de materias primas y energéticas.
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Las crecientes pretensiones de la Unión Soviética a convertirse en potencia global, que ha llevado a los rusos a tomarse un interés directo en situaciones que previamente hubieran considerado allende su propia ”
Karl Kaiser, Winston Lord, Thierry de Montbrial,
David Watt Western Security, New York, 1981, pág. 34
El informe Harmel, publicado en 1967, que ha revestido y reviste tanta importancia en la configuración de la doctrina atlántica, sienta las bases de una posible teoría de los desafíos a la Alianza fuera de su propia zona, cuando afirma lo siguiente:
“El Tratado del Atlántico Norte no puede ser tratado aisladamente del resto del mundo. Las crisis y los conflictos surgidos fuera de su área pue- den amenazar su seguridad, ya directamente, ya afectando la balanza global del Poder. Los países aliados contribuyen individualmente, dentro de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, al mantenimiento de la paz internacional y de la seguridad y a la solución de importantes problemas internacionales. De acuerdo con un uso establecido: los aliados o aquellos de entre ellos que deseen hacerlo continuarán las consultas recíprocas sobre tales problemas sin otro compromiso y según requieran las circunstancias de cada caso” (sección 15).
En efecto, la Alianza como tal y sus Estados miembros, incluso aquellos cuyos intereses no van más allá del ámbito estrictamente regional, han reconocido desde siempre que los episodios externos del área de la OTAN pueden afectar sus intereses comunes y, en conscuencia, en sus gestos, declaraciones y actitudes han esbozado res- puestas a los mismos. Sin embargo, el…