Los avances hacia una política de defensa común no pueden separarse de la adaptación de la industria de armamento. Las empresas europeas están acometiendo un proceso de fusiones que se encuentran, sin embargo, con una serie de obstáculos políticos y económicos. Por una parte, la dependencia de las adquisiciones públicas hace de ella una industria singular. Por otra parte, europeos y norteamericanos no siempre coinciden sobre la evolución del sector.