En Granada, en el palacio de la Alhambra, fue donde se celebró la primera cumbre entre Marruecos y la Unión Europea (UE), los pasados días 7 y 8 de marzo de 2010. La elección de la ciudad, último bastión de la presencia musulmana en Andalucía, no es baladí, sino todo un símbolo. Excepto que los responsables europeos sólo tuvieron como interlocutores marroquíes al primer ministro Abbas El Fassi, algunos miembros de su gobierno, una delegación de la Confederación General de Empresas Marroquíes y miembros del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM). Por parte europea, se cumplieron las promesas. José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español que ocupa la presidencia rotatoria de la UE, Herman van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, y José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión de Bruselas, estuvieron presentes.
Mohamed VI no se desplazó a Granada y sólo se eligió a los miembros más cercanos de las altas esferas para representar a Marruecos en esta cumbre. ?La ausencia del rey Mohamed VI fue muy mal recibida por los europeos. Saben muy bien que el primer ministro marroquí no tiene ningún poder, pero cuentan con él para que transmita los mensajes?, analiza un observador marroquí. Los partidos marroquíes, por su parte, denuncian la elección del PAM para representar a la clase política. ?El secretario general del partido, Mohamed Cheij Biadilá, se desplazó junto con algunos miembros de la oficina política?, indica Salah el Uadie, portavoz del PAM, fundado por Fuad Ali el Himma, amigo íntimo del rey Mohamed VI. ?El primer ministro y el ministro de Asuntos Exteriores nos informaron de que este encuentro sólo concierne al gobierno?, señala Mustafá Mansuri, miembro de la derechista Agrupación Nacional de Independientes y ex presidente de la primera Cámara del Parlamento. Este último asegura que no se le ha solicitado…