Internet, los nuevos medios y el entorno digital han alcanzado dimensiones globales. Facebook tiene 1.190 millones de usuarios registrados. Twitter, unos 400 millones, como el servicio de mensajería WhatsApp. En China, han aparecido las alternativas locales Weibo (400 millones), WeChat (600 millones) o QQ (180 millones). Youtube cuenta con 1.000 millones de usuarios únicos cada mes y cada minuto renueva su contenido con otras 100 horas de vídeo. Reddit, comunidad de intercambio de conocimiento tecnológico, llega a 70 millones. Sea cual sea la estadística o el dato comparado, las cifras son gigantes y muestran cómo funciona la sociedad red, que conecta individuos, mercados, gobiernos e instituciones en tiempo real a escala planetaria.
En materia tecnológica, estamos ante una aceleración del tiempo histórico. No se trata de caer en el determinismo tecnológico ni embobarse con las cifras, sino de valorar cómo las tecnologías están contribuyendo a que los países y los ciudadanos salten etapas de desarrollo científico, empresarial o ciudadano a gran velocidad. En otras palabras, países que no cubren las necesidades básicas podrían tener cubierto el acceso a las redes con o sin intermediarios. La propuesta de Facebook es ilustrativa. Hace unos meses adquirió una compañía de drones para ejecutar el proyecto Internet.org y dar cobertura vía satélite a zonas desfavorecidas. En el proyecto están implicados Ericsson, Nokia o Samsung, por citar algunas corporaciones relevantes.
Internet y la telefonía móvil son los dos grandes disruptores de nuestro tiempo. En 1989, nace la red como la conocemos ahora y desde entonces ha transformado cuantas industrias ha tocado. Las cifras de la caída de ventas de la industria discográfica, la consolidación de los servicios bancarios online, las titulaciones oficiales de la educación universitaria online, la desaparición de las agencias de viaje convencionales o los videoclubes son una muestra de la velocidad del…