Hablemos del agua

El agua es esencial para la vida, y en particular, es esencial para la vida humana. Dentro de la lógica de la humanidad las personas se han valido de la negociación y los acuerdos para progresar en términos de gobernanza, de lo local hasta lo internacional, y no hay asunto que haya escapado a la cooperación o al conflicto políticos. Después de todo, las primeras organizaciones internacionales surgen precisamente de la necesidad de ponerse de acuerdo sobre recursos materiales compartidos.

El agua ha estado presente en la vida humana, individual y coletivamente: desde algo tan básico como beber hasta algo tan complejo como un arma de guerra, al privar al enemigo de recurso tan necesario. Su gestión ha sido objeto de numerosos pactos y negociaciones, no solo a nivel bilateral –fruto de la cooperación ad hoc entre Estados para la gestión de un recurso concreto– sino multilateral, como en resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas o normas internacionales de derechos humanos (si bien el derecho al agua no está reconocido como derecho humano independiente). Ha protagonizado incluso el decenio 2005-2015 en el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU: «El agua, fuente de vida«.

Y sin embargo, sigue habiendo lugares en el mundo con un acceso al agua insuficiente, y muchas veces condicionado a factores políticos. Uno de ellos es la región centroasiática. En esta, 19 millones de personas no tienen acceso a agua potable, y más de 30 millones no tienen garantizado ese acceso. Sin embargo, como ocurre con otros recursos que tampoco llegan de forma adecuada a la población general –alimentación y energía– la región es una de las más ricas en agua. Esto nos da pistas de que las raíces del problema son mala gestión, sobreexplotación para fines agrícolas e industriales, y un mal reparto de la riqueza para poder adquirir estos recursos. Raíces analizadas a lo largo de los capítulos que componen Security and Human Right To Water in Central Asia.

En esta obra Miguel Ángel Pérez Martín, coordinador del Observatorio del Derecho Humano al Agua y al Saneamiento (ODHAS), del Instituto Universitario de Cooperación y Desarrollo de la UCM, analiza de forma sucinta y clarificadora todos los factores relativos al acceso al agua en la región: los instrumentos internacionales disponibles para su implementación y garantía; los recursos físicos, quién los gestiona y cómo; y las vulnerabilidades y amenazas mediambientales y humanas (rivalidades étnicas, debilidades de los aparatos estatales) que obstaculizan el acceso a un medio de subsistencia elemental como el agua, y el propio desarrollo de los Estados al no poder disponer de forma adecuada y sostenible de este recurso.

Para llevar a cabo el análisis, que considera una gran variedad de factores en igualdad de condiciones, el autor se sitúa en una posición teóricamente respaldada por el constructivismo –enfoque de relaciones internacionales que analiza la interdependencia entre las estructuras sociales (ideas) y el sistema institucional– y metodológicamente por la seguridad humana, concepto de seguridad antropocéntrico, multidimensional y universal. Desde ahí, no queda grupo humano, decisión estatal y acuerdo internacional sin ocupar su papel en la comprehensiva explicación de por qué hay gente, hoy, que sigue sin poder disfrutar de un derecho que, en el fondo, no responde a más que a llevar una vida digna.