La crisis de Kosovo se sabía inevitable. La diplomacia occidental no le prestó la atención que merecía y en 1999, ya en marcha la intervención de la OTAN, sigue sin afrontarse la cuestión de fondo.
La crisis de Kosovo se sabía inevitable. La diplomacia occidental no le prestó la atención que merecía y en 1999, ya en marcha la intervención de la OTAN, sigue sin afrontarse la cuestión de fondo.