La opción perfecta. En Osetia del Sur, Rusia ha restablecido la credibilidad de su ejército y ha mostrado que las garantías de seguridad de Estados Unidos son palabras vacías. Es un mensaje a Occidente, pero sobre todo a Asia Central y a la vecindad rusa en Europa.
La invasión rusa de Georgia no ha cambiado el equilibrio del poder en Eurasia. Simplemente ha anunciado que el equilibrio del poder ya se había modificado. Estados Unidos se ha visto absorbido por sus guerras en Irak y Afganistán, así como por un posible conflicto con Irán y una situación desestabilizadora en Pakistán. No dispone de tropas terrestres estratégicas de reserva y no está en situación de intervenir en el conflicto de la periferia rusa. Esto ha brindado a los rusos una oportunidad para reafirmar su influencia en la antigua esfera soviética. Moscú no tenía que preocuparse por la posible respuesta de EE UU o Europa; por tanto, el equilibrio del poder ya se había modificado y sólo era cuestión de que los rusos decidiesen cuándo hacer público este hecho. Lo hicieron el 8 de agosto.
Comencemos simplemente por repasar algunos sucesos. La noche del jueves 7 de agosto, tropas de la República de Georgia atravesaron la frontera de Osetia del Sur, una región secesionista perteneciente a Georgia que ha funcionado como una entidad independiente desde la caída de la Unión Soviética. Se dirigieron a la capital, Tsjinvali, que se encuentra cerca de la frontera. Las tropas georgianas se vieron frenadas cuando trataban de tomar la ciudad. A pesar de combatir con dureza, no llegaron a controlar por completo ni la ciudad ni el resto de Osetia del Sur.
La mañana del 8 de agosto, las tropas rusas entraron en Osetia del Sur con tropas de infantería blindadas y motorizadas junto con fuerzas…