Empecemos por el final. La extrema derecha francesa encabeza las encuestas para las elecciones al Parlamento Europeo de junio. Y su líder, Marine Le Pen, es favorita para las presidenciales de 2027. La denuncia del terrorismo de Hamás y la participación en la gran manifestación contra el antisemitismo recibieron el beneplácito de líderes y organizaciones judías. Concluía de este modo la gran campaña de “des-demonización” de una fuerza que ya es percibida como una más dentro del sistema.
El reverso de la moneda es la desaprobación de la posición pro-palestina del líder de la extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon. Esto ha dado alas a los partidos de la izquierda moderada que prefieren emanciparse del paraguas de la coalición La Francia Insumisa (LFI) para presentar listas propias en las europeas.
El presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, ha intentado matizar su alineamiento con el apoyo occidental a Israel liderado por Washington. Con escaso éxito. Lo mismo le ocurrió tras la invasión rusa de Ucrania. Quiso hacer compatible su apoyo nítido a Kiev con sus contactos con el presidente ruso, Vladímir Putin, y su opinión de la necesidad de contar con Moscú para definir el futuro. Datos, primero. Luego análisis, opiniones y precedentes. Pasen y lean. Porque estos cambios pueden suponer una recomposición del mapa político francés de gran amplitud.
La lista de Agrupación Nacional (antes Frente Nacional) recogería un 28% de los votos en las elecciones europeas. Superaría en ocho puntos a la lista afín al presidente. En 2019, la extrema derecha ya se impuso a los seguidores de Macron. Pero entonces fue solo por 200.000 votos de ventaja. El sondeo hecho por Ipsos-Sopra Steria con el Centro de Estudios de la Vida Política Francesa de Ciencias Políticas (Cevipof) para Le Monde tiene una muestra de 11.691 personas, lo que permite…