Autor: Ignacio Álvarez Ossorio y José Abu Tarbush
Editorial: Catarata
Fecha: 2024
Páginas: 200
Lugar: Madrid

Antes de que el polvo se asiente

El libro es un salto desde el conocimiento histórico y político de los autores, que nos ofrecen lo que más se echa de menos en el relato periodístico sobre Gaza y lo que es más necesario en las circunstancias actuales: contexto.
Cristina Mas
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Saltar desde la academia a la arena de la actualidad, antes de que el polvo se asiente. Es el ejercicio que han hecho Ignacio Álvarez Ossorio, catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid, y José Abu Tarbush, profesor de Sociología de las Relaciones Internacionales en la Universidad de La Laguna, con este libro de urgencia, casi periodístico, que cuenta la última guerra de Gaza, la actual guerra de Gaza, de hecho.

Un ejercicio valiente, pero que no es un salto sin red. Es un salto desde el conocimiento histórico y político de los autores, que nos ofrecen, en apenas 200 páginas, lo que más se echa de menos en el relato periodístico y lo que es más necesario en las circunstancias actuales: contexto. El contexto para explicar qué ocurrió en la sociedad palestina hasta llegar a los ataques del 7 de octubre de 2023, qué ha cambiado en la sociedad israelí hasta llegar a la campaña genocida en Gaza y cómo han influido en todo ello los actores regionales e internacionales.

El primer capítulo, dedicado a los palestinos, resume cómo Gaza se convirtió en una cárcel a cielo abierto, durante 18 años de un férreo bloqueo para estrangular a la población, la profundización de la colonización y el régimen de apartheid en Cisjordania como resultado del “callejón sin salida” de Oslo, la deslegitimación de la Autoridad Palestina y la consolidación de Hamás como alternativa política (no exenta de tensiones por el giro pragmático de su dirección). Bien valen todo el libro las páginas que resumen el papel de la organización islamista en la escena palestina desde su creación al calor del estallido de la primera intifada, su consolidación como movimiento nacionalista, su relación con la OLP, su posición frente a Oslo, y el hecho de que se convirtiera en el primer movimiento islamista del mundo árabe en ganar unas elecciones generales libres. Y también el primero en ser boicoteado por lo que los autores, con acierto, denominan la “comunidad occidental”.

El segundo capítulo relata el giro de Israel hacia el gobierno más extremista, supremacista y colonialista de su historia desde 1948. Y cómo el trauma causado por los ataques del 7-0, que acabaron con el mito de la invencibilidad, ha puesto también contra las cuerdas al primer ministro Benjamín Netanyahu, enfrentado ahora a preguntas que opacan las acusaciones de corrupción y su polémica reforma judicial. La pregunta de por qué se rompió el particular contrato social de Israel: seguridad a cambio de participar en la colonización de la tierra palestina. Cómo Israel ha seguido un curso político muy parecido a los demás, acelerado por la lógica de la ocupación y por su propia naturaleza. Una constante: su plan es conquistar el máximo de tierra palestina con el mínimo de población en ella. Geografía versus demografía. Y de aquí una hipótesis, que cada día se ve más confirmada: Israel está operando una “obra de ingeniería demográfica en Gaza” y “es de temer que Israel esté reconfigurando geopolítica y demográficamente los territorios palestinos ocupados, proyecto de momento limitado a Gaza, pero anunciado también para Cisjordania”.

La parte final del libro navega un mundo marcado por la crisis del derecho Internacional humanitario y quien debería hacerlo respetar (nunca lo ha sido, para los palestinos), las complicidades occidentales y la impunidad de Israel (decía hace poco Josep Borrell que la diplomacia es el arte de manejar los dobles raseros). Recopila el impacto en la región de un conflicto que ha vuelto a tomar centralidad y que en todo el mundo árabe se lee como “la expresión continuada del histórico sometimiento de la región al sistema internacional”. Y apunta la perspectiva de que tras el exterminio de las revueltas antiautoritarias de 2010-11, la causa palestina y la inacción de los gobiernos árabes se transforme en un revulsivo de nuevas protestas.

Como todo buen libro que quiera contar esta historia, está también plasmada en mapas que ayudan a situarse a quien no la conozca. No se olviden de mirar la escala: estamos hablando de un territorio de las proporciones de Cataluña, que difícilmente puede ser “repartido” entre colonizadores y colonizados. Porque al final no se trata de un conflicto étnico, ni religioso, ni mucho menos de una guerra eterna. Se trata de un conflicto por la tierra.

Antes de que el polvo de los bombardeos de Gaza se asiente, los autores ya adelantan una primera conclusión: el 7 de octubre marca un cambio de ciclo que aparca (o entierra definitivamente) la llamada solución de los dos Estados. “Nada volverá a ser igual”, auguran. Más aún teniendo en cuenta el giro a la derecha que ya preveían en las elecciones europeas de junio y que probablemente se producirá también en Washington en noviembre. Y concluyen con tres escenarios posibles. El primero, que la guerra de Gaza termine con la expulsión de los palestinos de la Franja, una segunda Nakba, como han anunciado los dirigentes israelíes. El segundo: que, ante el fracaso de la operación militar (los mismos jefes militares israelíes admiten abiertamente que no se puede destruir a Hamás), se articule una alternativa de poder en Gaza, lo que requería una solución política que a estas alturas no se vislumbra. Y el tercero: la solución de dos Estados que Estados Unidos, la UE y los regímenes árabes han desempolvado, pero que la actual configuración política israelí no admite. Tendrán tiempo los autores de contar en otro libro, y con la perspectiva necesaria, el final de este capítulo de la historia del conflicto.