Desde su nacimiento en 1990 como una parte del sistema bancario público italiano, las fundaciones han sido el centro de una encendida polémica sobre sus órganos de control y sus actividades, en principio con fines sociales no lucrativos. Las 89 fundaciones hoy existentes administran unos 36.000 millones de euros y custodian una parte de los títulos de los bancos de los que nacieron.