Mientras el precio del petróleo tenga probabilidades de mantenerse más alto que el coste medio de su extracción, la región del golfo Pérsico seguirá obteniendo grandes beneficios. Según nuestras previsiones, estos ingresos estarán expresados en dólares americanos, a pesar de las grandes pérdidas financieras sufridas por los países exportadores de petróleo a causa de la devaluación del dólar frente al euro y otras monedas.
Estos superávit pueden gastarse en el consumo privado y público corriente nacional o en importaciones, o bien pueden invertirse en el país o el extranjero. Se ha dado el caso de que la capacidad de absorción interna de la región del golfo estaba por debajo de los superávit obtenidos y, por necesidad, una gran parte de estos fondos sobrantes se han invertido en el extranjero. La capacidad de absorción interna no sólo depende de la capacidad de las economías nacionales para absorber las inversiones productivas; también depende de su capacidad para absorber estas inversiones sin exponer sus economías nacionales a tasas de inflación innecesarias e intolerables. Esta capacidad sigue siendo limitada y enormemente inflexible.
Hoy, los países del golfo Pérsico son ejemplos claros de una integración profunda y desigual que se ha convertido en una característica dominante del actual sistema económico mundial. Los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) exportan casi exclusivamente grandes cantidades de petróleo, sobre todo a las economías occidentales avanzadas, y obtienen gracias a estas exportaciones unos enormes ingresos que superan la capacidad de absorción de sus pequeñas y desarticuladas economías. Sin excepción, han ?invertido? una gran parte de sus superávit en las economías occidentales avanzadas.
Estas inversiones se han destinado generalmente a activos de alta liquidez, pero en los últimos tiempos han llegado a incluir un abanico limitado de sectores menos seguros y líquidos, en particular propiedades inmobiliarias financieras…